Hablando ganamos todos

El contexto que nos toca atravesar en estos momentos generó en quien suscribe la necesidad de repasar algunas nociones relacionadas con mi quehacer cotidiano como mediador y facilitador de diálogo en diversos contextos. Por Martín López
Entre otras cosas a eso me dedico y esos quehaceres fueron los que en este momento tan particular de crisis humanitaria, causada por la propagación del Coronavirus, son los que me impulsan mis ideas. Y la verdad es que en esta situación tan particular es que siento la obligación de compartirlas con quien se encuentre leyendo estas líneas, convencido, no por petulancia, sino por fuerte convencimiento, que las mismas pueden sumar y ayudarnos a atravesar esta crisis humanitaria de la manera más humanitaria posible.
«Les aseguro que no van a leer nada que los sorprenda, nada que no sean capaces de hacer, sino todo lo contrario. Todas son ideas muy conocidas, todos sabemos de su existencia, todos somos capaces de ponerlas en acción. Pero vaya a saber uno porque fueron quedando en desuso«
La situación de aislamiento muy probablemente nos vas a ayudar a no propagar el virus, pero también se puede decir casi con certeza (es más, ya hay alguna estadística confiable que así lo demuestra) resulte el contexto apropiado para que se incrementen situaciones de violencia y por otro lado resulta evidente y casi una obviedad que generará una profunda crisis económica. Ambos factores resultarán fuente de numerosos conflictos (violencia familiar, en los barrios, conflictos de índole económicos).
Mi rol de mediador me lleva a trabajar a diario con este tipo situaciones. Como ya les comentara la aparición de este nuevo escenario es el que me motiva a realizar un humilde aporte y formular algunas sugerencias vinculadas a la utilización de algunas herramientas que seguramente nos ayudarán a afrontar la conflictividad.
Mi propuesta es: PROBEMOS HABLANDO. Sentarnos a conversar antes que reaccionar, accionar para intentar una mejor comunicación con el otro.
Encarar el diálogo sin pretender tener razón, dejando de lado el ánimo de triunfo, de querer ganarle al otro, de querer imponer nuestra razón. Intentemos llevar a cabo un diálogo franco y constructivo, evitando hacer del mismo un debate, priorizando el entendimiento de las necesidades e intereses del otro, sin dejar de expresar las propias.
Intentar imponer nuestra razón lo único que va a generar es una escalada del conflicto que muy probablemente termine deteriorando el vínculo con nuestro interlocutor. Escucharnos será primordial, escuchar al otro con todo; con los oídos, con la mirada, con el corazón, con todo nuestro ser, sin interrumpirlo, sin prejuicios y sin juicios. Tratando de empatizar con él o ella, haciendo todo lo que esté a nuestro alcance para ponernos en sus zapatos.
Cambiemos el chip, dejemos de competir, reemplacemos competencia por colaboración, ganemos todos o perdamos todos. Si pretendemos imponer el paradigma de la victoria sobre el otro, el nuevo mundo será demasiado cruel y a la larga todos y todas terminaremos perdiendo.
Preguntemos, evitemos las afirmaciones tajantes, bajemos del pedestal, cultivemos la humildad, dejemos la soberbia de lado. El nuevo escenario nadie lo conoce, propiciemos la creatividad para encontrar soluciones colectivas.
Todas estas cosas parecen muy obvias, muy sencillas,pero lo cierto, es que nuestra práctica cotidiana nos muestra que en general los seres humanos las hemos dejado en el arcón de los recuerdos.
La propuesta es volver a las fuentes. Si hay algo que desde el origen del proceso evolutivo nos distingue a los seres humanos es nuestra posibilidad de razonar y hablar. Volvamos a eso, revaloricemos ambas virtudes, hoy más que nunca.
Diálogo, escucha, reflexión, comprensión, empatía, humildad, creatividad y solidaridad. Si logramos todo eso podremos construir una salida en paz.-
Martín Pablo López, DNI 23.205.446. Abogado. Mediador prejudicial MJDHN. Facilitador de diálogo en el Programa Específico Marcos de Paz (Coordinado por la Procuración Penitenciaria de la Nación).