“Si me permiten, me quedo aquí. Estoy enfermo y no tengo donde ir…”

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El 6 de septiembre de 1930 el presidente Hipólito Yrigoyen es derrocado por un golpe de estado encabezado por el General José Félix Uriburu. Por primera vez se rompe la continuidad constitucional, iniciando un período nefasto en la historia Argentina. Vecino de Constitución, residió en el barrio hasta el día de su muerte. 

Típica casa chorizo, fue saqueada por los golpistas (Foto: Caras y Caretas)
Típica casa chorizo, fue saqueada por los golpistas (Foto: Caras y Caretas)

El 6 de septiembre de 1930 el caudillo radical se traslada a La Plata buscando apoyo en el Regimiento 7 de Infantería para ofrecer la resistencia, al no contar con asistencia presentó su renuncia. Permaneció en ese sitio hasta el día 11 para luego ser embarcado en el Crucero Acorazado “Belgrano” en calidad de detenido. 

El 10 de noviembre de 1930 fue trasladado al Crucero “Buenos Aires” y el 23 de ese mismo mes y año desembarca en la isla Martín García, lugar donde permaneció detenido por mas de un año. No sería esta la primera vez que el dirigente radical sufriera persecución y cárcel.

El Teniente General José F. Uriburu marchando hacia Casa Rosada, acompañado por un joven capitán del Ejército, Juan Domingo Perón

La salud de Yrigoyen declinó muy pronto por el trato recibido y a pedido del propio jefe militar de la isla es revisado por médicos enviados desde Buenos Aires por el gobierno, quienes aconsejan su traslado. Es así como el día 11 de enero de 1933 lo trasladan nuevamente a la Ciudad de Buenos Aires.

Deprimido y muy enfermo Yrigoyen queda conminado en su casa de la calle Brasil 1039 (entre Bernardo de Irigoyen y Lima) Cuando llega la orden de ponerlo en libertad, solo y con mucha fiebre atina a decir: “Si me permiten, me quedo aquí. Estoy enfermo y no tengo donde ir…” (Félix Luna “Yrigoyen” pp452) 

El  caudillo radical fue maltratado hasta el final, ya muy enfermo y desmejorado fallece el 3 de julio de 1933. Inmediatamente una turba de partidarios del conservadurismo, incendió y saqueó su humilde morada al igual que el diario “La Epoca” y varios comités radicales. Los golpistas se llevaron objetos personales como «trofeos de guerra».

La casa de Brasil 1039, fue derribada por la construcción de la Autopista durante la última dictadura militar. Las placas conmemorativas fueron vandalizadas en reiteradas oportunidades y por ello se renovaron en Diciembre de 2018. También se recuperó, refaccionó y restituyó la que fue aportada por la Legistura porteña en 2009.    

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