EL CERVANTES ES DE TODOS ¡Salgamos todos a recuperarlo! *
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El Cervantes es una joya arquitectónica inaugurada en 1921, por iniciativa de la actriz española María Guerrero y su esposo, Fernando Díaz de Mendoza, en reconocimiento al fervor teatral de Buenos Aires. Aquel gesto –amargo es reconocer- no ha sido honrado por los sucesivos gobiernos que vienen abandonando a una decadencia letal al más bello teatro de prosa del país. La construcción cuya fachada es réplica de la Universidad de Alcalá de Henares y cuyos frescos, mayólicas, herrajes, tapices, baldosas y cortinados
deberían protegerse como patrimonio cultural, atraviesa hoy una fase vergonzante y terminal, con molduras y frisos que se desmoronan, sótanos y cimientos que se agrietan, calderas que no funcionan y deterioros que –para algunos—podrían justificar la demolición y posterior utilización del predio para algún meganegocio inmobiliario multinacional. ¿O será ése el destino que se imagina y promueve para el TNC desde los despachos oficiales? Si no es así, la comunidad teatral exige que esa sospecha se desmienta con las medidas que la urgencia reclama.
A la miopía que entiende la cultura como una vidriera trivial desde la que exhibir fines partidarios y electoralistas se le advierte que el teatro es más que eso. Es lugar de goce, reflexión y debate que expande y dinamiza la conciencia y el espíritu de la sociedad. Necesidades éstas inherentes a la dignidad, que deben satisfacerse no después sino en simultáneo con los derechos humanos a alimentarse, a educarse, a tener acceso a la salud, a la vivienda y a la justicia.
Por eso es ignominioso este destino de ruina o de piqueta. Artistas
valorados internacionalmente tienen escasas o nulas ocasiones de desplegar
su talento en el único teatro nacional. La buenas intenciones de sucesivos directores artísticos del TNC se agotan y esterilizan en la maraña burocrática. Los potenciales espectadores deben asumir que el complejo de Córdoba y Libertad tiene habitualmente sus puertas cerradas.
En el mejor de los casos, sus temporadas languidecen entre la penuria económica, la cancelación de funciones, la postergación de estrenos y los paros por reclamos salariales justos mezclados con disputas por intereses a veces funcionales a políticas o candidatos de turno. Es hora de definiciones. La comunidad teatral reclama voluntad y ejecutividad política para salvar el Cervantes ya. O que se decrete oficialmente el cierre del único teatro nacional del país, sincerando una realidad: el Cervantes está cerrado, de hecho, desde hace un año y medio.
Sólo así se sabrá quiénes están decididos a defenderlo y quiénes no. Los que sí, nos declaramos a partir de ahora en movilización permanente para recuperarlo.
* MATe. Movimiento de Apoyo al TeatrO