19/04/2024

Diego Kravetz "El kircherismo mete la cola en todos lados"

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Diego Kravetz, Legislador porteño
Diego Kravetz, Legislador Porteño 

Kravetz utiliza facebook y es un vehemente cultor de las apariciones mediáticas. Integrante de una generación de jóvenes políticos nacidos de la videopolítica, proviene del movimiento de empresas recuperadas, aunque su paso por allí termino envuelto en denuncias por parte de las Abuelas de Plaza de Mayo quienes le atribuyen estafas varias. Divorciado y con 36 primaveras sobre sus hombres, hoy disfruta de su pareja, la ex diputada porteña y macrista, Soledad Acuña, y de su departamento en Barrio Norte.  

¿Qué proyectos presentaron y presentarán para disminuir la desigualdad entre la zona sur y la norte de la ciudad?
“Obviamente que somos conscientes de las diferencias que existen entre el norte y el sur y, en ese aspecto, hemos presentado 3 leyes que me parecen trascendentes. Una de ellas fue para erradicar una villa que fue la ley que transformó en barrio la villa 20, la cual tiene un peso histórico, pues fue la primera medida así que se hizo en la ciudad. La otra fue declarar UP el Parque de la Victoria, cerquita de la villa 20, pues se había empezado a construir en la única zona verde fuerte que tiene Lugano 1 y 2 que lo habitan 40 mil personas, lo cual era un disparate terrible sacarles un parque. La tercera ley nunca se aplicó que es una especie de fondo reparador para la zona sur que viene de la época del gobierno de Carlos Grosso en donde se juntan fondos en una cuenta específica para obras de infraestructura de la zona sur. La ley quedó promulgada y sancionada pero nunca se implementó a pesar de ser una idea interesante. Además fuimos co-autores del hospital de Lugano y hemos hecho cosas que tienen que ver con barrios de la zona sur. Pero lo que no podemos hacer es avanzar más pues no tenemos la plata al no estar en el ejecutivo. Una ley tiene un fuerte valor; ahora, para ver los cambios concretos hace falta un jefe de gobierno con voluntad política para cambiar la realidad de la zona y eso, hasta acá, no ha existido. No es nuevo, sino que se ha dado en los últimos años.”

¿Cómo crees que está la ciudad hoy? ¿Cómo evaluarías las primeras medidas concretas de Mauricio Macri en sus primeros 90 días como jefe de gobierno?
“La ciudad tiene problemas con la basura, tiene zonas que han tenido un crecimiento anárquico y otras que se mantienen igual, hay problemas con la seguridad, con la iluminación y problemas de infraestructura. Además hay colegios rotos, colas en los hospitales y creo que, así como el otro día nos tocó ver el video de Macri, en un año veremos esos mismos lugares pero peor. No existe una política destinada a cambiar esta realidad sino que es una política que busca mantenerla o hasta empeorar, como el tema de las habilitaciones y en el control comunal en el que estamos cada vez peor. Más allá de eso, me parece que la foto de la ciudad será muy parecida y seguirán existiendo las desigualdades pues no hay voluntad política para cambiar.”

Además de lo que mencionas se han duplicado y hasta triplicado los impuestos, el ABL y la Patente de los automotores…
“Nos hemos opuesto a esos impuestazos pero vemos en Macri una concepción política muy parecida a los ´90, a una parte del gobierno de Menem. Vemos impuestos que aumentan y recortes de presupuesto por el lugar más delgado que son los trabajadores. Vemos un desligamiento por parte del Estado de actividades que eran esenciales como el control comunal y el medio ambiente. Estamos asombrados en que la sociedad todavía no reacciona porque el discurso de la no-política de Macri, y su apelación a la gestión anti ideológica, pega y se impregna en la gente. Me parece que el discurso de gestión se acaba cuando no hay gestión. Allí se romperá el romance de Macri con la sociedad”.

¿Por qué la gente votó masivamente a Macri?
“Creo que obedece a más de una razón. La primera es que, en realidad, la gente no quiere solo lo simbólico sino acciones concretas y sintió que el progresismo no se los solucionó en los últimos tiempos. La ciudad estaba en mal estado y su discurso de gestión pegó bien. Además Macri dejó de ser un cuco y empezó a hablar muy campante de temas que antes eran, para él, repelentes, con una impunidad especial. Habla de erradicación de villas y de inclusión social y lo vemos con los cartoneros de que su discurso está lejos de sus prácticas.”

¿No crees que la sociedad se derechizó?
“No, la verdad que no. La clase media porteña y su medio pelo es bastante peculiar. A mí me parece que más que se derechizó sino que el progresismo y el campo popular debe tratar de otra forma. Tratamos mal algunos temas, pues, no creo que sea progresista que una familia de cartoneros esté toda la noche trabajando por más condiciones que le des a su medio de trabajo. A la gente, obviamente, le hincha las pelotas que este un cartonero tirado en la puerta de su casa. Pero la forma de abordar el problema no está bien pues el vecino ve que su propiedad pierde valor por estas cuestiones y empieza a tomar solo sentido lo propio. En ese sentido, la sociedad porteña es muy individualista y le cuesta aceptar que hay que mejorar con ayuda de todos y tener algo más de paciencia. Pero cuando la paciencia dura mucho tiempo, la gente se enoja y pensó que el progresismo no le había dado respuestas”.

¿Cómo ingresaste a la política?
“Mi abordaje a la política fue desde la universidad y después a través de organizaciones sociales, concretamente, de las fábricas recuperadas que me permitió ser legislador porteño. Tuve una militancia más social que política aunque en realidad era al revés, siempre se entremezclan las cuestiones. Corría el año `98 y, desde las fábricas recuperadas, empezamos a discutir que pasaba en la Argentina desde un lugar legítimo como era la inclusión del trabajo en un marco de desigualdad social.”

¿Qué representa Alberto Fernández en tu vida política? 
“Alberto Fernández es el jefe del kircherismo porteño, el jefe del distrito. Yo lo conocí cuando entre a la legislatura, diciembre del año 2003, y él ya era jefe de gabinete de Néstor Kirchner. En ese momento, en el que entré, el kircherismo en la legislatura estaba dividido en dos bloques: 11 de marzo y Frente por la Ciudad. En uno estaba Milcíades Peña, Claudio Ferreño y yo. En el otro bloque estaba Miguel “Pancho” Talento, Ariel Schifrin  y Ana Suppa. Lo que luego fue el Frente Para la Victoria tuvo un tiempo de maduración bastante peculiar en el que antes, esos seis legisladores, nunca pudimos hacer un bloque porque pasábamos de dos bloques de tres a uno de cuatro y finalmente a uno de dos. Ahí apareció Alberto que fue asumiendo la jefatura pues todavía no estaba bien en claro lo que era el kircherismo como organización pues no había llegado con mucho poder propio, una parte era prestado por el duhaldismo, etc. En ese contexto no había un jefe claro en el distrito y la organización fue armándose de a poco y, en ese momento, la gente más cercana a Alberto Fernández era Pancho y Ferreño pero con el tiempo Alberto fue creciendo y a ejercer su rol mediando en las distintas disputas. Así empecé a entablar una relación más profunda y directa que terminó muy fuerte hacia fines del 2004.” (Dicen las lenguas –ni malas ni buenas- que Kravetz y Talento tuvieron duros encontronazos el año pasado en el bloque K por divergencias en las formas de concebir a la política y las maneras de acumular poder).

¿Por qué pensas que al kirchernismo le cuesta hacer pie en la Capital Federal?
“El kirchnerismo no traduce la idea de lo que sería Kirchner a nivel nacional. En el país, el gobierno es sumamente exitoso por una serie de factores que no son menores aunque algunos los menosprecien diciendo que cambió la coyuntura internacional. Eso no es cierto. Argentina estaba institucional, social, económica y políticamente quebrada y el gobierno recuperó el trabajo y a pensar la Argentina incluida en el trabajo luego de un proceso inverso de 25 años. Dimensionado, este gobierno, quedará en la historia, como un punto de inflexión. No tengo, casi, ninguna duda que será así. Pero ¿qué significa ese exitoso gobierno nacional llevado a la ciudad de Buenos Aires? Eso los dirigentes del distrito aún no lo han podido traducir porque quizá tenemos un discurso que no es el más apropiado y que hay cosas del gobierno que al porteño medio le resultan antipáticas, pero, por sobre todas las cosas, creo que no nos hemos dado el tiempo ni hemos tenido la claridad conceptual para explicar exactamente cuáles son nuestros planes de trabajo. Ahí está el meollo de la cuestión y por qué haríamos un gobierno muchísimo mejor del que hace Macri. Si estaríamos explicándolo todo el tiempo y nos mostráramos como alternativa a la posición de Macri, posiblemente tendríamos una mejor posición de cara al 2011.”

¿Cómo traducirías la situación ambivalente de Macri con el segundo club más importante del país, Boca Juniors?
“A mí me parece un error lo que hace Mauricio Macri en priorizar una interna de la comisión directiva sobre la gestión de la ciudad. La gente lo votó para que este el 100% del tiempo abocado a llevar a cabo la gestión de Buenos Aires. Lo que está pasando es que, como cuando uno está entre dos minas y uno quiera tener a las dos. Él pidió licencia cuando estaba en campaña porque había decidido ser jefe de gobierno y no ser un actor dentro del club. Ahora si quiero volver atrás y buscar a la otra mina y ¿qué haré con mi mujer actual?”

¿No chocaría el interés del Estado con otros privados? Se me ocurre el caso Macri pero desde el kircherismo no son un ejemplo al respecto, pues la cantidad de diputados y senadores con negocios paralelos es impresionante. Lo reflejó Jorge Lanata en la edición de su nuevo diario, en la tapa del primer número. 
“Te aclaro que yo no tengo ninguna empresa privada ni estoy trabajando en mi estudio jurídico que sí tenía antes de ser legislador. Pero Lanata hizo una tapa, no naif, sino mal intencionada pues pareciera que no hay término medio: o hacen negocios fuera de la política o los que hacen negocios los hacen con el Estado. A mí esa tapa no me gustó pues que un diputado tenga una empresa, la tiene, punto. ¿Para ser diputado uno tiene que ser pobre y estar quebrado?” 

Antes de volver al tema de Macri, creo que si estás en política deberías dejar los negocios privados, se me ocurre el caso de Francisco de Narvaez haciendo campaña en América TV cuando es socio del canal…
“No estoy de acuerdo. Lo que está mal es no blanquearlo, no decir la realidad, la verdad. Pero si el tipo tiene vocación política y no use el medio para su beneficio, está todo bien. Aunque el problema más grave llevado a ese punto lo tienen los medios de comunicación a los que se les mezcla todo de una forma mucho más constante. No estoy siendo corporativo pero ustedes tienen muchas más contradicciones que los políticos. Menos ustedes, digo, que son de un medio independiente como es Alerta Militante” (risas).Volviendo con el tema de Boca y el jefe de gobierno, no creo que Macri lo vea desde ese punto de vista. Para mí, a él le costó hacer una construcción en Boca y siente que el club es como de él. Es muy difícil relegar algo cuando uno siente que es suyo.” 

¿No le pasará al gobierno lo mismo con el país? ¿Acaso no metió la cola el kircherismo también en Boca?
“¡No! Aunque el kircherismo mete la cola en todos lados (risas nuevamente). Pero no del todo.”
La última semana de marzo salió publicada en el diario La Nación, una extensa nota titulada “Los nuevos gerentes K- Política sin banderas” en las que el matutino describe pensamientos y acciones de hombres del gobierno pertenecientes a una nueva camada de políticos. Diego Kravetz, Nicolás Trotta y Gonzalo Ruanova son solo tres ejemplos de esta moderna concepción de la política que endiosa a las encuestas y a las apariciones mediáticas en donde la opinión pública marca el pulso del acontecer inmediato. Sin embargo, según el periodista Jorge Sigal, ellos “creen que hacen política pero están equivocados: sólo han logrado vivir de ella (…) Abrazan el cinismo como única razón”. Abandono el despacho con una extraña sensación: los Kravetz están convencidos de que conducen al país al mejor de los mundos, se creen los elegidos –de hecho lo han sido ampliamente-; sin embargo, alguien me sopla apellidos como Nosiglia y Manzano. Quizá Kravetz se reiría de la comparación.

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