“EL COMPLEJO CENTENARIO ESTÁ CUMPLIENDO UNA FUNCIÓN IMPORTANTÍSIMA EN EL BARRIO

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Fernando Leiro es presidente de Artes Gráficas Modernas, sponsor del Club Atlético San Telmo (CAST), y desde que sus hijos se incorporaron a la administración de su empresa, tomó la decisión de volver al viejo amor. (Colaboró con la Comisión Directiva de los años 75-76 cuando el “Candombero” ascendió a Primera División)Según cuentan en el barrio, hubo que insistirle para que vuelva; él impuso algunas prerrogativas: “acepté la vicepresidencia con la condición de que Bisbal (Osvaldo, Presidente del CAST) se encargue del fútbol profesional y yo de la parte institucional”.

En una Jornada sobre Desarrollo del Fútbol Juvenil, que se realizó meses atrás en la sede del Club, dijo: “Yo estuve en San Telmo hace bastante tiempo; tomé la decisión de irme porque veía que no se hacían bien las cosas. Ahora, que observo más seriedad y una estructura de trabajo, decidí volver”

 
¿Qué quiso decir? Sus declaraciones pueden ser interpretadas de diferentes maneras.
No me fui por motivos estrictamente del Club, sino también por motivos familiares. En aquella época estuve muy metido y participé activamente en el ascenso a Primera. Había dirigentes inigualables en cuanto a honestidad, sentido de pertenencia, etc. Nombrando a uno solo, puedo homenajear al resto: Albino Bemposta. Con esa dirigencia cumplimos el sueño de salir campeones en el ´75 y jugar en Primera División en el ´76, virtualmente con el mismo plantel, el mismo técnico y el mismo presupuesto. Obviamente hicimos una campaña decorosa pero fuimos muy agredidos por los arbitrajes, y los “exitistas” de siempre dijeron que “éramos todos uno viejos inoperantes, incapaces”, como si tuvieran capacidad de gestión. En el ´77 descendimos, y en ese momento tuve cambios muy importantes en mi vida, me casé, tuve mi primer hijo y falleció mi padre, quedándome solo en la empresa. Además, vi cosas que no me gustaron, como la de agredir y hasta pintar la fachada de las casas, por eso tomé la decisión de alejarme.
 
¿Qué hizo después de alejarse de San Telmo?
Me dediqué a mi familia, a mis hijos, a la empresa, y pasaron desde ese momento treinta y pico de años.
 
¿Cómo se produce su vuelta al club después de tanto tiempo?
Gente allegada al Club me llamó para pedir alguna colaboración, para que me acerque y siempre me negué porque considero que nunca fui directivo. En el ascenso a Primera tenía 25 o 26 años y fui “colaborador” al punto que Pedro Coronel, una de las máximas figuras de San Telmo en toda su historia, fue empleado mío y estuvo muy ligado a mi familia. Ahora quizás volví porque es otra etapa de mi vida, porque tengo tres hijos que están incorporados a la gestión empresarial y de alguna manera creo que tengo, no vocación, pero sí el “bichito” de la dirección. También cumplo funciones directivas en otras instituciones y tanto me insistieron, especialmente mi amigo de toda la vida Carlos Fernández Blanco, que acepté volver.
 
¿Cómo encontró al club?
Lo primero que hice fue decir: señores, si cada vez que termina un campeonato se van a ir todos los jugadores, porque son dueños de sus pases, o los pidió un empresario para que San Telmo sea vidriera, y cuando empieza otro torneo tenemos que conseguir otros diez jugadores para armar el equipo de nuevo, es imposible obtener resultados diferentes haciendo las mismas cosas año tras año. Me preguntaron cuál era mi opinión y respondí que era trabajar en inferiores seriamente.
 
¿En qué cambió el trabajo en divisiones inferiores?
El trabajo de divisiones inferiores no es un proceso mágico, lleva varios años pero desde que estamos nosotros, con Fernández Blanco, por lo menos entrenan todos en un mismo lugar. Antes los directores técnicos ni se conocían, y ahora, con el alquiler por tres años de Crespo Juniors, los chicos tienen un coordinador general (Fabio Escribano), una psicóloga y un complemento dietario. Además, se construyó un gimnasio para ayudarlos físicamente y prepararlos para la alta competencia.
 
Este trabajo lo realizó como vicepresidente de San Telmo, junto a Fernández Blanco y otros dirigentes…
No, todavía no era vicepresidente. Cuando se acercó el cambio de autoridades a fines de 2010, me fueron pidiendo tanto Carlos Ríos, como Bisbal, Fernández Blanco y Sebastián Cisneros, que me arrimara para ser directivo. La primera propuesta fue que sea presidente pero me negué. Finalmente acepté la vicepresidencia con la condición de que Bisbal se encargue del fútbol profesional y yo de la parte institucional, para recomponer la institución.
 
¿A qué debe apostar San Telmo para crecer institucionalmente?
Primero, recuperar íntegramente la sede. No puede ser que todas las gestiones administrativas, las reuniones con jugadores y la atención a visitas se hagan en ese “cuartito” de planta baja. No puede ser que eso sea el ombligo del club. Es necesario que la institución, para apreciarse de tal, recupere la sede y el primer piso vuelva a tener una presidencia, una secretaría, una tesorería y una sala de reuniones. Es decir, darle una formalidad, un orden y una presencia.  
 
¿Y el deporte en el Complejo Centenario?
Está cumpliendo una función importantísima en el barrio, dándoles contención a los chicos. No hay que olvidarse que en esa zona no hay muchas instituciones deportivas. Desde que están los Nieva (Raúl y Ricardo), se esta jugando handball, hockey, básquet y patín. Todas disciplinas que la gente del barrio no las tenía y ahora las tiene al alcance de la mano. Y si bien es un excelente trabajo, hay que consolidarlo aún más.
 
¿Hay proyectos con respecto al fútbol profesional?
Es importantísimo recuperar la cancha de la Isla porque San Telmo es un club que esta absolutamente discriminado. Si bien no estoy de acuerdo con la metodología de protesta de cortar puentes, calles o autopistas, estoy de acuerdo que la causa es una causa justa, porque San Telmo tiene que volver a ser local en su cancha. ¿Cómo puede ser que Vélez y San Lorenzo jueguen un partido postergado cuando murió una persona y en nuestro estadio jamás murió nadie y siga suspendida? Es una discriminación absoluta.
 
Cuando Bisbal fue reelecto, con Ud. como vicepresidente, dijo que la Isla Maciel iba a ser una prioridad. ¿Qué hizo la dirigencia hasta el momento para volver a ser locales en el Osvaldo Baletto?
Personalmente no participé de esas gestiones pero me consta que han ido a ver al intendente de Avellaneda y que, con ayuda del municipio, se han mejorado las adyacencias y las veredas, el acceso a la cancha y se aprobó el uso del estadio. Se ha ido a ver a las autoridades de AFA y se consiguió una reunión con el gobernador Scioli. Es todo infructuoso porque se “choca” con un señor (por Rubén Pérez) que no atiende directamente. Es un funcionario público que no recibe a los contribuyentes.
 
¿Cómo vio la salida de “la vieja” Reinoso y la posterior vuelta?
La vi mal porque creo que no se debería haber ido, pero fueron esos teléfonos descompuestos o esas declaraciones o frases sacadas de contexto que quizás fueron inoportunas por parte de Reinoso y que lo enojaron al presidente. Era cierto que tenía un contrato que le vencía el 15 de octubre, yo asumí el 29 de diciembre, y le dijeron: “se venció tu contrato, no te vamos a renovar”. Había realizado una muy buena gestión, promocionó mucha gente de las inferiores con éxitos deportivos y lamentablemente se fue con un excelente grupo de trabajo, al punto que rescaté a Fabio Escribano para que se haga cargo de la coordinación general de las divisiones inferiores. La vuelta de Reinoso se debió en mayor medida a que los resultados en el fútbol mandan y a mi forma de ver las cosas, no se tendría que haber ido.
  
¿Cómo ve Ud. la actual dirigencia de San Telmo?
El que es dirigente de San Telmo es una persona que merece todo mi respeto porque a diferencia de otros clubes, quiere al club y va a “poner todo” ya que no se puede llevar nada más que disgustos y frustraciones. Valoro la tenacidad de los dirigentes, aunque en la metodología de trabajo disienta por mi formación empresarial o ver las cosas desde otra óptica. Valoro también a gente como Bisbal, Migliore (Gabriel), Ríos (Carlos) , que se han puesto el club al hombro y abierto su bolsillo durante muchos años. Creo que hay que cambiar el enfoque y ver al club como una empresa y gerenciarla como una empresa; no privatizar, sino mirar con una apertura mental para relacionarse con instituciones más poderosas, hacer intercambio de jugadores, es decir, empezar a poner a San Telmo un poco más arriba y trabajar un plan de dos o tres años. Siempre pongo como ejemplo el ascenso del ´75, ahí empezamos tres años antes con Janin y llegamos a salir campeones con un plantel muy corto y con un 70% de los jugadores surgidos de inferiores. Por eso, la continuidad de un trabajo puede hacernos hacer un equipo
 
 
PROYECTO ISLA MACIEL
 
Hay que darle a la gente de la Isla, para que se sienta parte del club, lugares en la Comisión Directiva. Al mismo tiempo, sería bueno que surjan otros dos Nieva en la Isla Maciel para que en todo el espacio que está en el arco que da al Riachuelo se pueda hacer alguna actividad, para darle contención, para que se realicen actividades. Entre todos tenemos que ayudar a recuperar la Isla.
 
¿Qué función deberían tener esos dirigentes?
Tendrían que ponerse al hombro un proyecto serio, ya sea con canchitas de fútbol o un jardín de infantes o cualquier tipo de actividad que genere un sentido de pertenencia. De esa forma, automáticamente se van a cuidar las instalaciones y esas mismas personas actuarán de “guardianes del orden” para que no se produzcan más desmanes.  
 
 
Artes Gráficas Modernas: Empresa gráfica -PyMe familiar-, de capital nacional privado, ubicada en el Partido de la Matanza, en la Provincia de Buenos Aires. En su planta produce etiquetas autoadhesivas y stickers promocionales (stickers, Tattoos, Peel-Off, etc), máquinas etiquetadoras y materiales autoadhesivos.
 
 

 

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