ENREJAN PLAZAS POR SEGURIDAD

Estas plazas se suman a las 65 que ya están cerradas. En total la Ciudad cuenta con 220 parques y plazas. Las mencionadas plazas forman parte de un plan que anunció el Gobierno porteño a fines de 2006, por 25 millones de pesos, para poner en valor 35 espacios descuidados o, directamente, en estado de abandono.

El rescate incluye la renovación de los patios de juegos y la recuperación de canteros, césped y senderos. Para fundamentar semejante inversión las autoridades porteñas mencionan un informe de diciembre de 2006 del Centro de Gestión y Participación Comunal Nº 6. En esa oportunidad se realizó una encuesta durante tres fines de semana. El 60 por ciento de los vecinos votaron a favor del cerco. Pero las polémicas por la tendencia a enrejar divide a los vecinos evidentemente.

Algunas agrupaciones u ONG’s vecinales se pronuncian a favor y otras en contra. Para muchos con las rejas, los lugares dejan de ser públicos y se convierten de laguna manera en privados. De esta forma proponen guardianes o vigilantes para cuidar las plazas. Entre las quejas mas frecuentes encontramos la posibilidad de disfrutar de los espacios públicos solo en horarios diurnos.

Por otra parte quienes defienden el enrejamiento argumentan que se baja la sensación de inseguridad. Si bien es innegable que las rejas contribuyen a preservar el patrimonio y la posibilidad de usufructo por los vecinos con mayor seguridad; no es menos cierto que se introducen barreras en lugares de libre circulación, alterando la movilidad y el paisaje. Quizás lo mas aconsejable es que estos emprendimientos puedan ser discutidos en los diferentes foros participativos para que sean los vecinos de cada sector de la ciudad quienes decidan.

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