19/04/2024

“LAMENTO LO DE TU VIEJO”

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Mariano trasuntó en soledad las primeras horas de la desaparición de su padre y en esa misma condición atendió la madrugada del jueves 10 de noviembre a su abogado el Dr. Adolfo Martinese quien le informó acerca de la aparición de un cuerpo entre los escombros. El segundo llamado fue del propio Ministro de Seguridad Guillermo Montenegro quien compungido se puso a disposición para cualquier tipo de requerimiento. Una hora después estaciona en la puerta de su casa en la calle San José al 1900 una camioneta amarilla -Peugeot Partner- del GCABA con Guadalupe Tagliaferri, de la Dirección de Atención Inmediata del Ministerio de Desarrollo Social porteño. Mariano agradeció en público en reiteradas oportunidades el trabajo de la funcionaria, pero sin dudas la reacción del Gobierno de la Ciudad fue irresponsablemente tardía. La primera comunicación oficial recibida por Mariano sucedió a 72 hs del derrumbe,cuando personal de la Policía Metropolitana le solicitó una foto, al mismo tiempo que se comprometieron a mantenerlo informado sobre los avances de la investigación.

Conferencia de prensa en la puerta de la Morgue judicial, minutos después de reconocer el cuerpo de su padre.

 

A las 9:15 lo condujeron a la Morgue del Poder Judicial de la Nación (Viamonte 2151). En el edificio lo recibieron además de Montenegro, su jefe de Gabinete Horacio “Toto” García, y la Ministra de Desarrollo Social, María Eugenia Vidal. Luego de las condolencias y promesas de seguimiento del caso en cuestión los ministros abandonaron el lugar, quedándose García, Tagliaferri y parte de su equipo que incluyó hasta un psicólogo preparado para “atención de víctimas”.

De a poco fueron llegando los amigos y familiares convirtiendo la escena en un cuadro similar al de un velatorio, que un poco por dilaciones administrativas (demoras para autorizar la autopsia) y otro tanto por decisión familiar nunca se realizará. El ADN requerido por las autoridades judiciales para confirmar la filiación con los hijos de Isidoro Alberto** recién se realizaría el martes 22 de noviembre y el cuerpo sería entregado a sus familiares en los primeros día de diciembre.

Entre sillones y ruedas de café, además de Mariano, esperaron la decisión de la justicia para autorizar el reconocimiento del cuerpo Norma (Esposa de Isidoro Alberto), Laura (Hija), César y Virginia (sobrinos), Roberto, padrino de Mariano y amigo de la víctima. Completaban el cuadro además de funcionarios y empleados de la Morgue, un puñado de amigos y Sol, compañera de Mariano.

Mientras agotaba la batería de su teléfono móvil atendiendo a la decena de periodistas y amigos que lo requerían para informarse y expresar sus condolencias, Mariano mostraba signos de evidente confusión por la situación que le tocaba vivir. Por momentos vertía sus declaraciones a la prensa con particular frialdad que solo impresionaba a los ajenos. Era una coraza, el promedio de lo presentes lo sabíamos. En un momento preguntó dónde estaba el baño. Cuando regresó se sentó en un banco alejado a los presentes y se puso a llorar como un chico. Como a muchos boxeadores a Mariano le corrieron el banquito…quedó solo y se quebró. Solo se acercaron y abrazaron sus parientes más cercanos.

Isidoro Alberto Madueña.

Sacó fuerzas de donde pudo, se levantó una vez más y continuó con los detalles administrativos solicitados ahora sí por un muy atento accionar del gobierno porteño. Había que reconocer el cuerpo. Mariano amagó varias veces pero no podía. “Mejor voy yo, quedáte con la imagen de cuando estaba bien” le dijo su prima Virginia quien junto a César reconocieron el cadáver maltrecho de Isidoro Alberto (Permaneció varios días en los escombros con jornadas de altas temperaturas y lluvia)

Minutos después Macri se comunicó con Mariano y le expresó disculpas por el exabrupto (ver tenemos que…) La comunicación fue ofrecida por Horacio García y se realizó por el celular del mencionado. “Lamento lo de tu viejo. Hubiésemos querido que esto no suceda” arrancó Macri. “Me equivoqué, quise decir otra cosa y me salió mal. Quise decir que pudimos salvar a los 190 que sobrevivieron”agregó el Jefe de Gobierno.

No queda claro por qué la insistencia del número 190, ya que en el edificio no habitaban mas de 100 personas. Aún así todos los funcionarios que acompañan a Macri en su gestión repitieron esa cifra en reiteradas oportunidades. En el mejor de los casos podemos considerarlo un error estadístico, en el peor puede razonarse como una estrategia para que la ciudadanía compare la tragedia con la de “Cromañon»en donde se perdieron 194 vidas.

La conversación llevaba algunos minutos con las explicaciones y promesa de actuaciones para que no vuelva a suceder semejante tragedia en el futuro, cuando el primo de Mariano le solicitó el teléfono y le espetó a Macri sin filtro: “Usted ni se imagina lo que fue ver mi tío aplastado” la comunicación se cortó en medio de una catarata de insultos por parte del familiar visiblemente conmocionado.

Este cronista le preguntó a Mariano por qué atendió a Mauricio Macri a minutos de confirmar que el cuerpo destrozado en una camilla era el de su padre. Mariano me recuerda que se le vino a la cabeza el último mensaje del ex presidente Raúl Alfonsín, (Luna Park 2008), a quién él valoraba mucho. Es“imprescindible” para el país “trabajar juntos”, para lo cual “es necesario el diálogo” había dicho el ex presidente.

 

*Director Alerta Militante

**En la vida real el padre de Mariano prefería que lo llamen por el segundo nombre. Sus amistades lo recuerdan como Alberto por ello en esta crónica preferimos mencionar el nombre completo.

 

“EN LAS PRIMERAS HORAS DE ANGUSTIA SUS SÚPLICAS NO FUERON TOMADAS EN SERIO”

El viernes 4 de noviembre los proveedores del bar de Mariano adelantaron el horario de entrega de mercadería, hecho que obligó a reestructurar su agenda y por lo tanto no pudo visitar a su padre como tenía programado.

Luego concurriría a la radio Rock and Pop donde participa como columnista del programa “falso impostor” conducido por Gillespie en una jornada que pronosticaba lluvia. Este último dato no es menor; el papá de Mariano no era de salir con mal tiempo. Termina la emisión y se dirige a su bar, sitio al que llega aproximadamente a las 23:00 hs. Es en ese instante que descubre en su celular por lo menos tres llamadas perdidas de su prima. Así comienza la odisea.

Se dirige entonces a la zona del desastre y junto con sus primos requirió a personal de Defensa Civil presente en el predio el listado de evacuados,  que no existía ya que la “evacuación fue espontánea”. Le informan de todas maneras que dos personas habían sido derivadas a hospitales. César, primo de Mariano fue al Ramos Mejía, y este último al Argerich y por una posible derivación se dirigió al Hospital Español que es donde tiene su historia clínica. Para despejar posibilidades en donde podría estar su padre se dirigió a los “36 billares” (Avenida de Mayo 1265) que es donde pasaba horas despuntando el vicio con su pasión por la carambolas. Agotada la búsqueda regresa a la zona del derrumbe y solicita a viva voz a policías y a los funcionarios de la ciudad presentes que su padre no aparecía y que probablemente hubiera quedado bajo los escombros. 

Al otro día casi sin dormir, Mariano concluye que los canales institucionales no alcanzaban y decide entonces denunciar a los “medios” presentes la situación. A partir de ese momento comienza otra historia. Fue reporteado por decenas de periodistas y el ejecutivo porteño recién a partir de esa instancia “acusó” recibo.

En las primeras horas de angustia sus súplicas no fueron tomadas en serio. Ilustra quizás el confuso episodio que mantuvo con un cronista de “Canal 26”, quien le preguntó a Mariano si el padre usaba celular; o la discusión con otro periodista esta vez de “Crónica TV” quien se apuró hasta retarlo en directo porque en la entrevista, producto de los nervios Mariano acusó a “los medios” de no darle cámara para denunciar la desaparición de Isidoro. Justo es mencionarlo, no fue el caso del canal de las rimbombantes placas de color Rojo. 

Al principio no lo atendía nadie. Mariano rescata sin embargo el accionar del Subcomisario Galucci de la Comisaría 3º (Tucumán 1560) quien desde un primer momento tuvo un trato responsable con el caso. El domingo por la mañana la legisladora María José Lubertino del Frente para la Victoria se presenta ante Mariano y se muestra colaborativa. Se comunica con el ministro de Seguridad porteño Guillermo Montenegro, quien le dijo que le haga extensiva su solidaridad para con Mariano y que le avise que se “quede tranquilo que lo estamos buscando en la cámaras al señor de la silla de ruedas”.

Desde un primer momento se evidenció la intencionalidad de los funcionarios porteños de situar a Isidoro Alberto como un anciano senil, con dificultades motrices y víctima de una sordera aguda. Tal cuadro explicaría el por qué no fue del todo exitosa la evacuación. La culpa es de la víctima y no de la gestión. Pero Isidoro Alberto si bien no escuchaba al 100% se comunicaba en ocasiones hasta tres veces por día con su hijo desde su propio teléfono.

 

Mauricio Macri en el lugar del derrumbe.

 

«TENEMOS QUE ESTAR CONTENTOS QUE SÓLO HAY UN DESAPARECIDO”

Desde el Gobierno porteño señalan como principales responsables a los encargados de la excavación. No será ni la primera, ni la última de una serie de declaraciones a veces contradictorias y otras tantas fuera de lugar, como la del propio Jefe de Gobierno que llegó a decir que los porteños «Tenemos que estar contentos que sólo hay un desaparecido”.

El derrumbe del edificio de Montserrat se habría producido debido a que en el terreno lindero se había comenzado la construcción de una torre con cocheras. Una retroexcavadora habría hecho un pozo sin las medidas de seguridad necesarias junto a los cimientos del edificio de diez pisos, que finalmente cedió. El viernes a las 16 una vecina llamó al 103 para denunciar que observaba fisuras en la pared del edificio de Bartolomé Mitre 1232. De esa manera algunos lograron autoevacuarse antes de las 20 hs cuando se produjo el derrumbe parcial. Mientras una grúa comenzaba con trabajos de demolición el domingo 6 de noviembre por la tarde, un hombre insistía con su denuncia a las cámaras de televisión que su padre podría estar bajo los escombros. Se trataba de Mariano Madueña Rubio, vecino del barrio de Constitución mejor conocido por ser el dueño y creador hace 17 años del mítico pub “Guebara”, ubicado en Humberto 1º 463 a metros de la Plaza Dorrego.

 

HURACÁN Y BILLAR: La relación con su padre se afianzó en los últimos años, más exactamente a partir del 2009. A principio de ese año Isidoro comienza con problemas su salud. Debió ser internado con sus piernas hinchadas por retención de líquido, pero la dolencia principal era en sus pulmones. La tía de Mariano siempre le decía que no tomaba la medicación, por eso estaba constantemente en contacto a modo de seguimiento. Si bien tenía una leve sordera, alcanzaba con levantar un poco la voz para hablar normalmente con Isidoro quien se comunicaba asiduamente con su hijo desde el teléfono de la ahora derrumbada propiedad. Habitualmente, Isidoro Madueña caminaba las dos cuadras desde su departamento de Bartolomé Mitre 1232, hasta Avenida de Mayo al 1200, a “Los 36 billares”, donde despuntaba su pasión por el taco y el paño. Este fanático hincha de Huracán vivía en el 3° B desde hacía más de 20 años, con su hermana. Pero ella había viajado hacía un mes a EE.UU., con lo cual el día del derrumbe Isidoro estaba solo.

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