29/03/2024

¿Carrió puede ser Presidente?

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En exclusiva para Alerta Militante, Elisa Carrió, Candidata a Presidente de la República.

AÑO 2007. De Comodoro Py a Barracas. Un helado viernes de agosto Carrio declarara en los tribunales de Comodoro Py acusada de calumnias e injurias. Serena, calma pero con paso firme, Elisa, parecía otra mujer distinta de aquella que soportó huevos y escupitajos la salida de los estudios de América. En esta ocasión recibía cantos de apoyo por parte de unos cien seguidores que aguardaban a su líder, estoicos y a pesar de la hora y del frío. Meses después, las elecciones se vinieron encima y Carrió salió a dar vuelta la historia, esa que dice que si la economía anda medianamente bien la gente apuesta a la continuidad; esa misma historia que ayudamos a escribir con el voto cuota o con la promesa del 1 a 1 de Fernando De la Rúa. Ella lucha contra el dicho de los que creen que se vota con el bolsillo y no con la cabeza, el corazón o la conciencia. ¿Suavizó su discurso de centro izquierda? ¿Se derechizó? ¿Cómo es que evita hablar de izquierdas y derechas en un país en donde esas concepciones están tan arraigadas en términos habituales como “facho” o “zurdito”?

Elisa Carrió y Santiago del Sel

Foto Alerta Militante

Carrió: “Nosotros creemos que la Coalición Cívica debe ser un orden absolutamente plural, con distintos orígenes sociales, políticos o culturales de sus hombres y mujeres. Esto es lo que queríamos construir y demostramos que es posible. Que podemos estar junto con Toti Flores, ex piquetero, Margarita Stolbitzer, con Alfonso Prat Gay, con Patricia (señala a su acompañante en la presentación de su plan de obras de infraestructura 2008/2011, Patricia Bullrich), con Adrián (Pérez, su diputado preferido) y que la Argentina la hacemos entre todos con este compromiso profundo de hoy. No es sólo con un programa técnico –se refiere a su plan de infraestructura- sino que la infraestructura hace a los derechos humanos del presente. Las personas que no tienen cloacas, las personas que no tienen agua potable y que viven hacinadas, se les están violando los derechos humanos elementales. Nuestra pelea es por los derechos humanos del presente y no sólo por el juzgamiento de los derechos humanos del pasado. Cada persona que tiene que sufrir viajar en tren y que tiene que pasar por el maltrato del tren y que pierde 2 o 3 horas de estar con su familia y que lo único que hace al llegar a su casa es descansar para salir a trabajar al otro día en las mismas condiciones, es una persona a la que se le están violando sus mínimas condiciones dignas de existencia. Por ello, creo que cuando hacemos referencia al plan de infraestructura se trata de crear las condiciones para la expansión, emancipación de esas personas, o sea, de todas las personas que habitan este país. Y todas las personas tienen derecho a vivir en una casa digna, comedor, habitación para sus hijos, cocina, baño y un pequeño patio. Cada persona tiene derecho a vivir en un hogar en donde un funcionario quiera vivir. Evita decía que: “No voy a construir una casa en donde yo no pueda vivir”.

¿De dónde puede salir el dinero para esas obras?
 
“Ariel Pérez nos mostró cómo (se refiere al discurso del diputado en donde explicó detalladamente los millones de pesos que el gobierno otorga en forma de subsidios en las empresas de colectivos urbanos y en los ferrocarriles: más de 8.000 millones de pesos). Ahorrando ese dinero e invirtiéndolo correctamente. Entonces yo le pregunto al señor presidente, ¿dónde están esos 8.000 millones de pesos de subsidios en un país en donde la gente cada día viaja peor en tren, en donde no están tampoco en ninguna ruta y en donde hay gente sin cloaca ni agua potable? Este es nuestro compromiso hacia adelante, vuelvo a repetirte, es un compromiso por los derechos humanos del presente”.

En las últimas semanas, Elisa Carrió intenta desesperadamente distanciarse de esa imagen pública en donde su discurso es testimonial y su prosa abarca, no sólo, la denuncia y la dialéctica compleja en una sociedad que busca respuestas urgentes y no le interesa ni los por qué sino los cómo. Pero, ¿cómo ganar una elección nacional contra el aparato justicialista en el conurbano bonaerense y en dónde los intendentes, hoy kirchneristas y ayer menemistas, gobiernan desde hace 20 años?
 
“Vengo de la provincia de Buenos Aires y la elección será muy linda, muy divertida, no está todo tan sencillo para el oficialismo como ellos dicen y casi seguro que podamos estar en una segunda vuelta y yo sea la futura presidente de todos los argentinos”.

Si para Cristina la distinción de género es una cuestión imperiosa y se proclama como la primera presidente –con A– de la historia, Carrió mantiene el origen masculino del género de ese sustantivo. ¿Pero qué hacer frente a candidatos que ofrecen posibles autos, los sortean en caso de salir airosos de una elección?
 “Creo que estamos ofreciendo los derechos humanos del presente pero no opinamos exclusivamente sobre ningún candidato. Se tendría que actuar pues recuerdo que en La Rioja decían algo así como: “llame ya y vote a tal candidato”. No voy a generar controversias contra otros candidatos opositores que sea funcional al gobierno –se refiere a los dichos de Roberto Lavagna con su cruzada contra la inflación y sus críticas al futuro plan económico de “enfriamiento” propuesto por Alfonso Prat Gay, futuro ministro de economía de un posible gobierno de la Coalición Cívica-. “El pueblo de la Argentina sabe lo que salen las cosas y sabe lo que se está empobreciendo y nosotros le decimos a este pueblo que vamos a solucionar el problema de la inflación”.

Un periodista radial acapara la atención de la candidata y le comenta sobre los dichos del jefe de gabinete, Alberto Fernández, quien justificó la aparición interminable de la candidata oficial en el canal 7 estatal y de los viajes al exterior en condición de primera dama, los llamó gastos protocolares.
 “Cuando nosotros gobernemos el país todos tendrán acceso a los medios públicos y los medios públicos no dependerán de un gobierno sino que van a depender de una sociedad autárquica e independiente del gobierno con participación de los periodistas y de los distintos sectores de la sociedad”.

Carrió se proclama feliz y confiada en ingresar a un ballotage contra otra mujer pero le comento sobre mi creencia en que gran parte de la sociedad tiene temor a un cambio y que está conforme con este gobierno, a grandes rasgos. ¿Por qué cambiar si creemos que no estamos tan mal?
 “
A aquellos que temen por un cambio les digo que vamos a cambiar por medio de la paz. Que en vez de ir a una plaza para demostrar la bronca en un futuro cercano, elijamos el cambio en paz. Siempre elegimos cambiar yendo a la plaza con bronca, elijamos alguna vez, en un día, en paz y con el voto secreto, que queremos cambiar, que queremos ser un país civilizado, republicano y con justicia social”.

En esa respuesta se halla la síntesis de la propuesta de Carrió y su visión de la historia: ungir el desarrollo y el progreso de la generación del ´80 con los principios fundantes de la Unión Cívica Radical de Leandro. N. Alem sumando la distribución del ingreso del primer peronismo aquel de Evita. ¿Es posible?

La movilera de Telefé le pide una reflexión acerca de un caso de justicia por mano propia –la mujer que asesinó a un ladrón y ahora teme por su vida-.
“Nosotros vamos a solucionar el problema de la inseguridad con una política social de reconstrucción de la familia, con una política de responsabilidad del delito frente a los adolescentes y con una política de salida de la pobreza.

En la historia ha habido dos únicos momentos y oportunidades en que los pobres salieron de la pobreza como modelo de país: en la generación del ´80, en 1945 y no sucedió más. Nosotros vamos a construir para los pobres de la Argentina, una salida de la pobreza hacia la clase media, con educación, con ingreso, con capacitación, con política social universal y vamos a hacer cumplir la ética del cumplimiento de la ley”.

La pregunta obligada del momento: el rol de la Iglesia frente al juzgamiento del capellán Christian Von Wernich.
 “En primer lugar te digo que la Iglesia somos todos. Un hombre de esta iglesia, que somos todos, porque también hubo perseguidos, torturados y desaparecidos de esa iglesia como el caso de las monjas, cometió delitos de lesa humanidad y yo me siento profundamente feliz que haya verdad, justicia y condena sobre todos los que cometieron delitos de lesa humanidad. Y si se trata de un miembro de la Iglesia, ¡más feliz me siento todavía! Ojalá que mi Iglesia, las autoridades de la misma, tomen medidas para que esta persona no pueda conceder más la comunión a lo largo de su vida”.

Antes de la última pregunta por este cronista, una colega le vuelve a insistir en el tema de la justicia por mano propia intentando llevar a Carrió a un terreno riesgoso (opinar sobre qué haría uno si le pasara algo tan terrible como el asesinato de un hijo)
 “No está bien hacer justicia por mano propia pero no está bien que un Estado no se ocupe de la seguridad ciudadana de sus habitantes”. Ahora sí, lanzo una última granada, ¿qué pasará con vos si la sociedad no te acompaña el 28 de octubre? “Ya estamos haciendo una elección espectacular. Nos está acompañando”.

Se la nota convencida. No está tan sola como en el 2003. No utiliza respuestas repletas de la primera persona del singular, ahora se siente parte de algo, algo importante. Quizá sea su última chance personal de alcanzar el cargo con el que siempre soñó. Quizá sea demasiado honesta e inteligente para una sociedad que no se siente representada por esta clase de personas. Quizá pierda las elecciones pero, en un futuro próximo se abran las puertas para personas que sigan su camino y sea el comienzo de un cambio real. ¿Se puede hacer tanto en sólo 4 años?, le comenta un joven a Carrió mientras sale del bar situado en la avenida Sáenz al 1200 junto con Patricia Bullrich que se ríe permanentemente. Dice Lilita: “No aspiro a hacer todo, es imposible. Solo pretendo sentar las bases para que los jóvenes que me sucedan se lleven los aplausos”. Carrió sueña no ser una anécdota en la historia; Carrió pretende cambiar la historia, ser parte de ella. Un político distinto que parece salido de los manuales de los libros de historia, con sus virtudes y sus defectos. ¿Una persona de otro tiempo? Alguien que despierta pasiones y también odios, demasiados para ser presidente. ¿Podrá torcer la historia?

 

* Redacción Alerta Militante

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