19/03/2024

"LA DERECHA FORMABA SUS CUADROS EN LA FACULTAD DE DERECHO Y HOY LO HACEN EN LA UADE"

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Alerta Militante visitó a Galvano en su casa del barrio de San Telmo.
Alerta Militante visitó a

¿Cómo te acercaste a la militancia en política?
Bueno mi historia es la historia normal de un adolescente de fines de los años sesenta en un país en dictadura. En un barrio como Liniers, un ámbito donde predomina el peronismo fundamentalmente. En mi familia también predominaba el peronismo. Y bueno uno empieza en la escuela secundaria a tener varias actividades, en los pequeños centros de estudiantes.

¿Dónde estudiabas?
Yo estudiaba en una escuela de curas en Mataderos. Era una escuela parroquial, que aún hoy existe. Se llama Nuestra Señora de Luján de los Patriotas. En aquella época los curas estaban en el movimiento de los curas del Tercer Mundo. Era una época donde esos curas se empezaban a renovar, andaban en pantalones, fumaban…opinaban de política. Era una etapa muy revolutiva (sic), de muchos cambios. Yo empiezo a militar en esa fecha en la Juventud Peronista, en los años 69, 70. Mi bautismo en la militancia fue un 17 de octubre en un acto relámpago en Cabildo y Juramento, cuando tenía 18 ó 19 años. Eran actos relámpagos, porque como estaba prohibido…era el mayor acto de heroísmo que yo tenía. Tirábamos petardos, gritábamos Viva Perón, cantábamos la Marcha Peronista y nos íbamos corriendo. Así se festejaban los 17 de octubre. Y ese era el bautismo político de muchos. Después comencé a organizar unidades básicas, porque ya se estaba dando una apertura política. Existía la posibilidad de que se convoque a elecciones nuevamente. Los partidos políticos empezaban a tener actividad. Los radicales tenían sus comités. Yo dentro de la JP recibía formación política.

¿Qué estudiaban?
Estudiábamos textos de Perón, Hernández Arregui. Leíamos a todos los sociólogos y filósofos que marcaban el pensamiento nacional de la época como Jauretche, Sartre, y Marcuse. Eran todos materiales de lectura y estudio. Tanto las unidades básicas como los comités funcionaban como escuelas de formación política. Allí se formaban cuadros políticos. Así como la derecha formaba sus cuadros en la Facultad de Derecho y hoy lo hacen en la UADE. Esta nueva derecha tiene formación empresarial. No son cuadros formados como en los 60 ó 70. Son empresarios que se dedican a la política. Esta es una deformación que trajo el Menemismo en los 90´ y que hoy la representan los Macri, De Narváez, etc..

¿Cómo eran los militantes en esa época?
¡Los militantes éramos soberbios! Nosotros teníamos un grupo de teatro y hacíamos campaña con nuestras obras. Recuerdo la campaña de Cámpora, en el Club Atlético Atlanta. Después yo paso a la JTP (Juventud de Trabajadores Peronistas) y ese es mi inicio en la militancia sindical, específicamente en actores.

Vos sos actor…
Sí yo me dedicaba a la actuación, tengo formación académica, soy egresado del Conservatorio. Antes de entrar al conservatorio, ya empezaba a funcionar la JTP, que la sede central estaba en la avenida San Juan y Bernardo de Irigoyen. Ahí nosotros con otros actores fundamos el gremio de actores. En el año 75´ con 22 años, me inicio en el Conservatorio. Comenzamos a formar el Centro de Estudiantes, que hacia ya como 30 años que no existía. Era la JUP en ese momento. Había todo un clima de militancia política, porque era una etapa bastante revolutiva y toda nuestra generación estaba en eso.

¿Dónde estabas en la vuelta de Perón?
Yo estaba en Ezeiza. Estuve desde el 69´ en adelante en todas. Salimos de un grupo en caravana desde Flores, Directorio y Varela, toda la noche caminando bajo la lluvia, un grupo grande. Llegamos a ciudad Belgrano que nos recibió el ejército a balazos de goma y seguimos corriendo. Cuando llegamos al Río Matanza nos estaba esperando una fila de tanques. De ahí me fui corriendo hasta Madero y Gral. Paz, empapado como estaba me tomé el colectivo 28 para casa. Al otro día me llaman los muchachos de la JP y me dicen que Perón estaba en Gaspar Campos, que teníamos que ir allá. Paso a hacer un acampe en la esquina, una semana estuvimos….en ese momento había convicciones. Nosotros elegimos ser actores en un momento en que ese trabajo era mala palabra. A nosotros nos marginaba nuestra familia. Hoy las familias pagarían por tener hijos actores. Y lo nuestro era por convicción. 

¿Tus padres hacían política?
No, mi madre era una católica militante y mi padre era un tipo de la izquierda italiana socialista antifascista, anticlerical a muerte. Se charlaba de política en casa, mi padre fue Frondizista, no era Peronista. Detestaba a Perón, lo veía muy parecido al Duce (Benito Mussolini). Entonces mi padre cuando se enteró que yo era Peronista, se brotó…Recuerdo que en esa época estaba de moda usar camisa negra y un día me aparecí en mi casa con una camisa negra, mi padre me hizo un escándalo. 

Tu compromiso político comienza a canalizarse hacia lo sindical en el año 75…
Sí, y llega el año 77´, me chupan de mi casa…

¿Cómo vivieron las persecuciones de la Triple A?
Terrible, ahí empieza todo con Isabelita y todo ese grupo termina trabajando para la Dictadura. Yo frecuentaba el Café La Paz, y una noche estando yo ahí ponen una bomba al baño de mujeres. Ahí te ibas dando cuenta que las cosas estaban cambiando.

Pasaban los falcon con los tipos de la Triple A con los fusiles en mano. A mí de La Paz me llevaron tres veces. Yo ya estaba fichado por las reuniones que teníamos acá en la JTP. El comisario Villar (Alberto) hizo que un día nos llevaran a todos, nos hacen tocar el pianito, nos fichan a todos.

Con la dictadura finalmente se produce tu secuestro…
En una madrugada de octubre, me secuestran. Me despiertan los golpes en las ventanas, las puertas. Era un vendaval. Estaba en mi cuarto, en calzoncillos. Me acerco a la puerta y digo No tengo armas, voy a abrir. Yo tenía 24 años. Abrieron la puerta me dieron, culatazos, patadas, de todo me hicieron. Le daban sopapos a mi abuela, a mi vieja. Nos gritaban Dónde están las armas.  Suerte que unos meses antes con mi mamá habíamos sacado todos los libros, papeles, volantes y los quemamos, todo lo que nos comprometía.

¿Por que te buscaban?
Me llevan, confundidos, sin saber bien si era yo. Me llamaban por mi nombre, pero el artístico que es Mario Galvano, y yo les decía que no me llamaba Mario, yo me llamo Saverio, me hacia el pelotudo…

¿Estaban tus padres?
Mi padre había muerto. Yo vivía con mi madre y con mi abuela. Yo venía zafando de muchas…en aquella época saltaba de casa en casa. Ya no vivía con mi madre, vivía en casas todas distintas. Cuando me secuestran en el 77´ yo creía que habían terminado, que lo más fuerte había pasado. Yo estaba en el tercer año del Conservatorio, trabajaba en Sancor. La militancia la tuve que dejar porque no había donde militar. Nos habíamos dispersado todos, y nunca estuve en la clandestinidad porque no quise. Me pareció un delirio cuando Montoneros plantea pasarse a la clandestinidad, porque eso significaba dejar sin amparo a toda la militancia de territorio, como nosotros la JTP. Y esta idea que una elite iba a preservarse, la veíamos como una decisión desatinada e irrazonable de un grupo que tenía un proyecto militante pero no un proyecto político, por eso fracasan. Tenían un proyecto militar, no tenían estructura de partido.

¿Cuánto tiempo estuviste secuestrado en Mansión Seré?
Yo estuve dos meses, pero me parecieron cuatro años. Fue eterno. Porque al estar tabicado en una habitación imaginate, vos no tenés sentido del paso del tiempo, de la hora, del espacio. Un minuto puede ser un siglo. No tenés noción de qué día estás, qué mes. Bueno por eso hacían lo que hacían, porque querían que eso sucediera. Esto formaba parte de un plan perfectamente planificado. Torturas, te despertaban a la mañana con un gatillazo en la cabeza. Yo iba teniendo indicios sobre qué grupo me tenia a cargo, según cómo hablaban, de qué hablaban. Y Mansión Seré más que un Centro de detención era un centro de tormentos. Era un centro de torturas. Te tenían unos días y después te blanqueaban y te mandaban a otro centro, como la ESMA, que era sí de detención. Hubo varias fugas, como la de Tamburrini (Claudio) que es la más conocida. Era un lugar que no estaba condicionado para la detención. Mansión Seré era un casco de estancia, entonces eran todas habitaciones aisladas que las compartías. Yo mis últimos veinte días de cautiverio estuve aislado con Tamburrini y con Norberto Urso.

¿Cómo era la cotidiana con tus compañeros detenidos?
Entre los detenidos había alguien que estaba encargado de traernos la comida, la limpieza de vez en cuando, que era Guillermito Fernandez, que le decíamos el vasquito. Y era el que más contacto tenía, él sabía cuántas personas había ahí. Yo no tenía ningún contacto. Los primeros días estuve sólo, después me pusieron con un chorro. Pobrecito, viste, ladrón común, que andaba robando por Morón con una credencial de policía. Cuando lo fueron a buscar, Chiche se llamaba, él para poder zafar y para tener un mejor trato, dijo que era Montonero, para ser preso político. Tenía ese imaginario de principios de los 70´ de los presos políticos, que estaban mejor en la cárcel. Le pegaron tanto, le dieron tanto, que terminó diciendo quién carajo era. Después terminó trabajando para ellos y nos enteramos que le habían prometido, porque él me lo contó a mí, que lo iban a hacer zafar de la causa por robo si trabajaba para ellos. Pero parece que se le fue la mano a este Chiche, y lo terminaron matando. Mirá qué historia…yo tengo pensado escribir un guión, que es el caso de un lumpen, que aparece en un campo de tormentos y se empieza a dar cuenta de qué se trata., qué está pasando, cuál es la historia.

¿Por qué te liberan?
Yo estuve 67 días secuestrado. De repente empiezan a evacuar detenidos, porque pensaban cerrar la Mansión Seré. Era un lugar inapropiado. La Embajada de Italia presionaba, había presentado un pedido de Habeas Corpus. También presionaba la Asociación Argentina de Actores. Y bueno, en un momento dado, yo empiezo notar que no me pegaban más, porque nos pegaban mucho en las piernas, para que nos escapemos ni corramos. Nos daban con los bastones de goma para crearnos muchos dolores, en el cuerpo, en las piernas. Estábamos siempre con dolores internos, pero sin hematoma. Y una noche vienen y me dicen “ya te vas”. Yo pensaba que me estaban jodiendo viste. Me trajeron la ropa, con la que yo había llegado. Me vestí, me encapuchan. La Mansión tenía una escalera, me bajan, siento que apagan las luces. Me doy cuenta que estoy afuera cuando siento el aire fresco, que al haber estado encerrado tanto tiempo, el sentir el aire es una sensación inexplicable. Los ruidos de la noche. Me suben a una camioneta. Y yo decía, acá me van a matar, me van a fusilar. En un momento paran, me bajan, me sacan la capucha y me dicen “dale andate a tu casa”. Y yo ni sabía dónde estaba. Veía árboles, muchos árboles. Y yo decía, estoy en Ezeiza, la General Paz… Había eucaliptos. No sé dónde estoy, la noche, 3 de la mañana. Me doy vuelta y me dicen, allá a dos cuadras tu casa, y empecé a caminar, pensando acá me matan. Y no lo podíamos creer con mi mamá. Yo pensaba que todo terminaba ahí y que me iban a matar.

¿Y en qué cambió tu vida?
 Cambió muchísimo. Lo que me di cuenta fue que no era inmortal. Porque esa edad, a los 24 años, uno se cree que es inmortal. Pensás que la muerte es algo que les pasa a los otros. Pero me di cuenta, que el límite de la vida es la muerte. Y lo que no lo viviste no lo vivís más, y lo que no disfrutaste, no lo disfrutás más. Empecé a disfrutar todo, de otra forma, los afectos, la vida misma, los valores, vivir sin tantos prejuicios, sin miedos.

¿Cómo viviste los últimos años de dictadura?
Yo los últimos años los viví en el Valle de Punilla. ¿Quién carajo me iba a ir a buscar a Capilla del Monte?. Luego me vuelvo a Buenos Aires…

¿Seguías trabajando como actor?
No,trabajaba de cualquier cosa, de peón, artesanías, de todo. En el 79´ vuelvo y me incorporo al Conservatorio, lo reinicio. Que había perdido el 3° año, lo hago de vuelta, lo termino en el 81´ y nunca fui a buscar ni el Diploma ni el Título, ni loco iba a tener un título firmado por funcionarios de la Dictadura. Nunca más volví al Conservatorio.

¿A tus compañeros de militancia los volviste a ver?
A algunos. Pero recién después del 83´. Cuando se armó la Conadep mucha gente volvió a la Argentina.

¿Cómo viviste la vuelta a la Democracia? Conmovido y emocionado. Justo el 30 de octubre de 1983, muere mi madre. La gente llena de algarabía en la calle y yo en un velatorio. Era un contraste impresionante. Pero lo viví con mucha alegría, fue un gran respiro. Mucha gente creía que no habían existido los campos de secuestros, decían que eran fabulaciones. Por suerte Alfonsín creó la Conadep (Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas). Se iniciaron los Juicios (Juicio a la Junta Militar. 1985) Declaré en la Conadep y mi testimonio por la Causa 13, fue uno de los elegidos como prueba. Sirvió para condenar a Agosti, pero como muchas causas habían prescripto solo se lo condenan por torturas, la causa de privación ilegitima de la libertad había prescripto y le dan sólo dos años y medio, algo ridículo. 

¿Votaste en 1983?
Sí, voté a Alfonsín. Porque sabia que el peronismo venia con una ley de amnistía. Era un peronismo rancio. Era la resaca del peronismo.

El mes pasado falleció el ex presidente Raúl Alfonsín, al mismo tiempo que comenzó un reconocimiento de la sociedad por su aporte a la Democracia, el Juicio a las Juntas, etc. Pero antes de su muerte se lo recordaba por “la hiperinflación y las leyes de Obediencia de Vida y Punto Final…
Hay una escena que hace Shakespeare de Julio César, que Marco Antonio en su monólogo cuando hace alabanzas a las hazañas del César, dice una frase, el mal que hacen los hombres le sobrevive, el bien es fácilmente olvidado por sus huesos. Lo bueno se olvida enseguida. Con Alfonsín hubo una cosa parecida. En el caso de Derechos Humanos, que fue el mayor logro de Alfonsín, no se lo recuerda por esos hechos. La apertura democrática y el sentido de la institucionalidad fueron las mejores cosas que le debemos a Alfonsín. Los juicios se hicieron en el estado de derecho. Se les dio el derecho a libertad mientras duraba el proceso. Alfonsín tuvo un gran sentido de la institucionalidad, que no lo tienen los Kirchner. Fue un Presidente que no tuvo actos de corrupción, cuando después lo tuvimos a Menem, luego a los Kirchner. Alfonsín terminó su gobierno y se fue a vivir a su departamento de la av Santa Fe. Las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, las viví como un acto de flaqueza. Cuando Alfonsín fue un presidente muy fuerte, muy votado. Que después vino el levantamiento de Rico que presionaron por esas leyes. Alfonsin no eligió la sangre como Perón en el 55´, aunque él tampoco la eligió, no convocó al pueblo a tomar las armas. Fue una contradicción. Una decepción. Bueno nadie habla del Indulto. Yo me desafilié al Partido Justicialista por el Indulto de Menem. Y pasa por los intereses de la política, cuando fue mas jodido el Indulto que la Obediencia de Vida. Y con esa ley no se pudo seguir enjuiciando a los que participaron. Ahora con la anulación de aquellas dos leyes, se vuelven a enjuiciar, pero los tipos tienen más de 80 años. Algo es algo. Este gobierno hizo un gran aporte, sumado a lo de Alfonsín.

En una entrevista con este medio, el ex Fiscal del Juicio a las Junta, Julio Strasssera argumentó, que ahora es todo más fácil porque el perro está atado…
Sí porque los grupos de tarea están desarticulados, un montón de cosas. En los 80´ era todo una amenaza permanente, ahora ya no. Pero esta es una reparación histórica.

Cuando tenías 20 años participaste activamente en política. ¿Cómo ves hoy el compromiso militante de los jóvenes?
La política pasó a ser una cosa distinta, ahora se habla de negocios políticos, no de utopías, como en los 70´. Desde el 2001 hubo un degradación, de ambos partidos, UCR Y PJ, no existen como partidos, no existen las internas hubo un retroceso institucional. Es todo un negocio político manejado por las encuestas. Antes vos llegabas como resultado de formarte, de la militancia. La inclusión del mundo empresarial en la política, la degrada. Antes participaban los intelectuales, los pensadores, los militantes. Llegabas a los lugares dirigenciales después de una trayectoria. Kirchner es un empresario de la política. Hace capitalismo de amigos, como Macri. Y esto es producto del Menemismo. El sindicalismo también está degradado, también es empresarial. Después está la CTA que termina siendo Kirchnerista. 

¿Te volverías a afiliar a algún partido político?
No.

¿Crearías tu propio partido? 
Tampoco. Yo tengo un interés sindical. Y actores también forma parte de esta degradación del sindicalismo, no hay internas, se elige todo a dedo. No participé en las ultimas elecciones, porque terminan siendo listas de amigos. Yo me niego a ese mecanismo, prefiero no ser nada. Y no caer en ese mecanismo perverso. Yo creo en la democracia en los partidos y además que tienen que ser escuelas de formación de cuadros. Ahora eso no existe. Hoy la política está en manos de empresarios, manejan la política como si fuera el mercado, una empresa, un programa de televisión. La salida es tener un sistema más parlamentario, volver a los partidos políticos, los congresos partidarios, las internas, que los sindicatos vuelvan al sistema de agrupaciones. Esa es la gran salida. De los últimos 27 años, 25 gobernó el peronismo. Y hay más pobreza, más exclusión. Algo pasa en el peronismo. Dirigentes más ricos con pueblos más pobres. Y yo siempre voy a ser peronista. Porque creo en la justicia social, en los derechos de los trabajadores, en la distribución del ingreso, que son las banderas históricas de aquel movimiento político.

* Redacción Alerta Militante

 

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