18/04/2024

Podrán arrancar “algunas» flores pero jamás detendrán a esta Margarita

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Una mujer que reconvirtió el odio y el olvido, en amor y lucha cotidiana. Alerta Militante visitó el comedor comunitario “Madres de Constitución” que funciona desde hace 22 años en el pasaje Ciudadela. Por Gabriel Santagata

En sus tiempos libres que no le sobran, Margarita visita locales de moda. No es una improvisada en la materia, sino una eximia modista que alguna vez trabajó para marcas como “James Smart” y “Pierre Cardin”. Ella se emociona, e impresiona el cambio de semblante de esta incansable luchadora cuando habla sobre “telas”, su verdadera profesión, que no puede ejercer por falta de recursos. En la inefable década del 90 en plena “convertibilidad”,producto de la apertura indiscriminada de indumentaria importada, cerraron sus puertas cientos de empresas y pymes textiles, y con ellas, un promedio de 20% de trabajadores argentinos engrosaron los indicadores sobre desocupación. Margarita probó suerte entonces con la venta ambulante en la Plaza Constitución (ver Presa por luchar).

Desde hace 31 años alquila una casa en el pasaje Ciudadela 1249, a metros de la Plaza Constitución. En este mismo sitio funciona desde 1989 el comedor comunitario “Madres de Constitución” donde se elaboran -con la colaboración de mamás y papás que llegan de madrugada- unas 250 viandas diarias, retiradas en su gran mayoría por usuarios de los “paradores nocturnos” del Gobierno porteño. La mayoría de las personas en situación de calle prefieren seguir su rumbo sin destino por las calles, otros se quedan y colaboran en el comedor y los más chicos son contenidos con talleres de de artes plásticas, y si aún van a la escuela, cuentan con apoyo escolar.  

“Liberen a la justicia”,“Por denunciar la corrupción, está presa”,“Libertad a Margarita”,son algunas de las consignas que se pueden leer en sendos carteles que ilustran las paredes de la antigua construcción. Si bien no sobresale, para este cronista es imposible evitar observar de forma reiterada a lo largo de la entrevista una foto acompañada por una inscripción elocuente: “Justicia para Susi. No más trata”. Trata de blancas o “trata” a secas es la expresión con la que se define al comercio de mujeres, para explotarlas sexualmente.

“Margarita transformó la energía negativa del dolor y el odio en un incalculable y desinteresado acto de amor. La historia de su hija es la misma que las otras chicas esclavizadas en prostíbulos, y por ello trabaja incansablemente para erradicar semejante flagelo”

Margarita estaba embarazada de Manuel Alejandro cuando, en 1991 se llevaron a su primera hija Graciela Susana. Comienza una pelea de vida, al principio solitaria, ya que el padre -un joven alemán de su pueblo natal, El dorado, Misiones– la abandonó apenas se enteró del embarazo. Susi tenía 18 abriles y cursaba tercero del secundario cuando conoció a Luis Rafael Olivera, un hombre de 44 años quien, según testigos, la pasaba a buscar a la salida del colegio. Susi desapareció y Margarita inició la búsqueda del principal sospechoso. Lo denunció ante la Justicia, pero de poco sirvió: no contaba con pruebas contundentes. Un año después retiró el cadáver de la morgue con laceraciones que evidenciaban el haber sufrido maltratos.

Con metódica paciencia logró reconstruir parte de lo padecido por Graciela Susana en el cautiverio de diferentes prostíbulos. Años más tarde, un vendedor ambulante le avisó que un hombre con las características del que se llevó a su hija tenía un puesto de venta de pirotecnia en Constitución. Lo fue a buscar, pero logró escapar entre la multitud. La causa está cerrada y no hay ningún detenido.

Margarita transformó la energía negativa del dolor y el odio en un incalculable y desinteresado acto de amor. La historia de su hija es la misma que las otras chicas esclavizadas en prostíbulos, y por ello trabaja incansablemente para erradicar semejante flagelo. En 2006 logró cerrar un “sauna” (eufemismo que en realidad significa prostíbulo) en la misma cuadra del comedor en el pasaje le Ciudadela al 1219.

Con un grupo de vecinos realizó “escraches” en la puerta del local. El proxeneta –según Margarita, un ex guardaespaldas de Herminio Iglesias- intentó llegar a un acuerdo y la invitó a tomar un café. “Mi negocio son los saunas”, además de ofrecerle dinero por su silencio, mencionó que colaboraba económicamente con una iglesia de Barracas (La Parroquia San Antonio María Sacaría, Av. Montes de Oca 1820). Margarita se indignó: “Yo tengo dos enemigos en el mundo: el que prostituye menores y el que vende drogas. Tu negocio es vender drogas como si fuesen caramelos y le venden a los chicos que vienen al comedor”.

Inmediatamente organizó junto a otros vecinos actividades que denunciaban los hechos delictivas del sitio en cuestión. “Hicimos tres puebladas en la Comisaría 16 (San José 1224), enviamos cartas desde el Jefe de Departamento de la policía hasta la Presidente, en donde denunciábamos que en ese lugar se vendía droga, se prostituía mujeres, menores, etc. No nos dieron bolilla y le cortamos Brasil y Salta con todos los vecinos, hasta que lo tuvieron que cerrar”

No fue la única batalla de una guerra que promete ser de larga duración. El miedo a represalias es paralizante y el compromiso de los vecinos al principio era casi nulo. “Primero tenían miedo, pero cuando vieron que era efectivo lo que hicimos, entonces se engancharon todos”.

Por el accionar de Meira además del mencionado se cerraron otros dos prostíbulos en Constitución: Pasaje O’Brien 1245, y al 1300.   “Hay más de 1.000 prostíbulos en Buenos Aires, (en Constitución calcula la existencia de 40) que trabajan con un promedio de diez chicas, de las cuales, casi con certeza, ocho fueron secuestradas”. Como prueba menciona la existencia de “tarjeteros” que reparten pequeñas publicidades con oferta de “servicios” sexuales. Se pueden conseguir en cualquier lugar pero sobre todo en los teléfonos públicos y en automóviles estacionados. Cualquier padre puede encontrar a su hija en estos avisos”, dice y señala que su trabajo empieza a partir de estos avisos.

Margarita tiene claro el modus operandi de estas organizaciones relacionadas con la trata: Las tienen esclavizadas, no ven la plata, no ven la calle, no saben donde están, la trasladan de un prostíbulo a otro. Algunas caen por agencias de trabajo truchas, a otras le hacen el novio y después las entregan y a otras la raptan directamente. Los prostíbulos tienen custodios armados y trabajan con la policía. ¿Cómo te escapás?

“Me amenazan y me insultan cotidianamente. No salgo sola, para que si me hacen algo, alguien lo pueda contar. Pedí custodia, pero no me la otorgan”.

Una posible respuesta a la pregunta anterior es: con ayuda de afuera. “Tenemos que rescatar una chica de 14 años, que según nos contó un cliente, le pidió que la ayudara, confirmándole que está secuestrada. Estamos armando un grupito de gente para meternos con cámaras. Tenemos que llegar y los legisladores que se presenten tienen que denunciar en el acto”.

Para Margarita, la red que opera en este millonario negocio alcanza a la justicia, la policía y la política. “Tenemos detectado una organización que trae chicas al barrio de Constitución desde el Paraguay. Hay dos que recientemente lograron comunicarse con sus padres y le solicitaron que las vengan a rescatar (una es de 14 y otra de 15 años). Meira viajará a la brevedad a Paraguay. La madre se comprometió a darle el celular desde donde se recibió la comunicación para ofrecérselo a la justicia argentina.

El tramo del Pasaje Ciudadela en donde se encuentra el comedor y vivienda de la familia de Margarita se encuentra entre las calles Salta y Santiago del Estero y sin dudas es considerado de extrema peligrosidad. En las esquinas se instalan diariamente cientos de trabajadores sexuales (predominan las travestis), “tranzas”,  pibes con bolsitas de Poxi Ran y paco. Los arrebatos y otros delitos menores son parte de la cotidianeidad de los vecinos, quienes en muchos casos viven prácticamente encerrados.

La prostitución y venta de drogas adquirieron en los últimos tiempos formas originales para la actividad. Margarita da cuenta de que en el barrio de Constitución afloran peluquerías, a veces tres locales del rubro en la misma cuadra. “Son prostíbulos y lugares donde se vende droga”.

“No hay mas chicas prostituyéndose por las esquinas. Están los travestis, pero chicas no hay más. La misma policía no se los permite. Para ellos es más negocio que trabajen dentro de un local, se llevan la plata limpita y no dan mala imagen en el barrio” afirma Margarita. Los edificios donde antes funcionaban “hoteles familiares” o “de pasajeros”, ahora hacen las veces de albergue transitorio. Es común ver en la puerta de las pensiones chicos jugando, interrumpidos por el entrar y salir de clientes escoltados por su partenaire de turno.  

Ante la consulta de AM afirma su desacuerdo con las zonas rojas. “No soy de discriminar. Si se portan bien y hacen las cosas como deben ser, no hace falta la zona roja. Pero no se puede permitir el mantener sexo en una esquina delante de los chicos. Acá los pibes usan la calle para jugar porque viven en piecitas” denuncia Margarita.

Margarita denuncia a los proxenetas exponiendo su propia vida. Por obvias razones, la relación con la policía no es la mejor. “En una oportunidad me invitaron a una reunión con otros vecinos del barrio en la Comisaría 16. El comisario me dice que tienen conocimiento que la droga sale de este comedor y les respondí que nosotros tenemos entendido que sale de los patrulleros”. Margarita confiesa que en esa ocasión sintió más miedo que cuando se enfrentó a los mismos proxenetas. “Eso fue una amenaza. Vino la radio de las Madres de Plaza de Mayo, y realizamos una denuncia pública. Yo quise llevar este caso a la justicia. Si un comisario junto a toda su plana mayor (Subcomisario y Jefe de Brigada) sabe de un lugar donde se vende droga, ¿ por qué no hace un allanamiento? Semanas atrás la Ministra de Seguridad de la Nación Nilda Garré desafectó a la mayoría de los Comisarios Generales, y el de la Comisaría 26 no fue la excepción.

Vitae: Margarita (61) nació en Valle Hermoso, El Dorado (Misiones), el 17 de octubre de 1959. La fecha no le quedó incómoda. A temprana edad se afilió al Partido Justicialista, ficha que revocó ante la Justicia Electoral, cuando promediaba el primer gobierno de Carlos Menem. A los 18 años, como tantos otros comprovincianos, se vino a vivir a Buenos Aires. Trabaja en la venta ambulante, epro su profesión es modista. Coordina el comedor “Madres de Constitución”. Viuda de primeras nupcias está en pareja con Miguel Angel Santiago, con quien tiene tres hijos. (Santiago fue secuestrado por la última dictadura miliar. Margarita no quiere profundizar sobre este tema, muy doloroso para ambos) El más chico d esus hijos comenzó primer año de Ingeniería Electrónica en la UBA. El mayor dejó la carrera de Derecho en tercer año. “Me dijo: -¿A quién voy a defender si acá no hay justicia?-. Eso me dolió muchísimo. Mi marido se recibe dentro de poco de Abogado, a los 61 años. Lo hace para la lucha. El primer caso va a ser el caso de mi hija”. Ideas Políticas. Se considera de de Izquierda y admira la lucha de la Madres y Abuelas de Plaza de Mayo y al Che Guevara. Hincha: Club River Plate.

Programas periodísticos con formatos de documentales en tiempo real son moda desde hace un tiempo a la fecha. Cámara Testigo, GPS, Policías en Acción, entre otros, presentan la “realidad” con episodios sensacionalistas que a veces combinan lo burdo con lo bizarro. Esos programas comparten un pobre contenido conceptual, pero -nobleza obliga- en muchas ocasiones colaboran con causas justas como la de Margarita. Es el caso de la visita de Calles Salvajes, conducido por Martín Ciccioli quien visitó la ardiente esquina de Salta y el pasaje Ciudadela. “Cuando vinieron del canal América, denuncié a los tarjeteros. Les mencioné que esos señores estaban cometiendo contravenciones, porque no se puede promocionar la prostitución y me amenazaron delante de las cámaras. Me dijeron que me iban a robar la casa y repetían…bueno yo hago esto porque no tengo trabajo. Yo les digo: -Bueno, como yo no tengo trabajo, voy a ir a robar la farmacia…Esto no es así…Vos sos cómplice, porque sabés que en el prostíbulo hay chicas secuestradas”.  

“Hay que combatir los prostíbulos. No se pueden permitir. Están prohibidos en la Argentina. Sin prostíbulos, no hay clientes, y por lo tanto no existirían chicas secuestradas. Tenemos que concientizar a los hombres de que a un prostíbulo van a violar a una piba secuestrada”.  

Lo cierto es que, luego de la emisión del mencionado programa, la docena de travestis que trabajaban en el pasaje Ciudadela dejaron de hacerlo. “Que quede claro, no tenemos nada por su condición de travesti. Pero el tema es lo que hacen acá en Constitución. Venden drogra, roban celulares hasta con gas pimienta. Los de esta cuadra hasta el año pasado pagaban $60 por día para trabajar”  

El colmo del desconcierto fue una nota que el diario Clarín le hizo a Margarita, de la cual está arrepentida. “Yo no tendría que haber ido, se me escapó. ¿Cómo le voy a dar una nota…si Clarín está haciendo $1.000.000 con propaganda de prostíbulos en el rubro 59?”

Los vecinos del barrio estamos acostumbrados a ver operativos de la policía en donde se percibe cuanto menos una toma de datos a los travestis. Para Meira es una pantalla: “les están cobrando”.

¿Con la justicia como andamos?
“Soledad Pedraza, de dieciocho años, y su hija de cuatro fueron secuestradas para trabajar en un prostíbulo ubicado en Lima 1145- 47. Según Meira declaró tres horas en la fiscalía y allí mismo “entró a una página de Internet e identificó las fotos publicadas en la página. Aportó a todos los nombres que usan los proxenetas en el prostíbulo. Hace un año y medio de esto y no se rescató aún ninguna de las chicas. Ni siquiera se logró ratificar la denuncia en el juzgado de Canicoba Corral (Rodolfo)”.

Ante la consulta acerca del destino de las chicas, una vez recuperadas de estas redes, Meira se explaya desde la desolación: “Una chica violada, golpeada, durante uno o dos años en un prostíbulo, ¿qué trabajo le podés ofrecer? Chicas que tuvieron sexo con hasta 30 hombres diarios. Como me dijo un infectólogo del hospital Álvarez, no tienen control médico, no se hicieron ningún estudio, no sabemos si tienen tuberculosis, HIV u otras enfermedades infecciosas. Hay que darles un lugar para que se liberen, para que sientan bien, música, internet, para que hagan lo que ellas quieren. Esperar que se repongan, asistirlas psicológicamente, y recién después ver qué se puede hacer laboralmente”  

En general, las chicas que desaparecen son pobres. “Si un papá tiene dinero puede caminar y hacer algunas cosas. Por ejemplo Daniel (padre de una chica secuestrada) ya perdió el trabajo y puede perder hasta su propio departamento porque no puede pagar las expensas. No secuestran a la hija de un empresario porque eso sí sale en los medios. Contrata un abogado bien pesado, etc”.

La entrevista fue pautada durante una charla en la sede de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, en Constitución. Allí Margarita ofreció una charla sobre “trata” junto a otros luchadores como Gustavo Vera (La Alameda) y Fabiana Tuñez (Casa del Encuentro). Margarita no para nunca.

PRESA POR LUCHAR
El viernes 16 de julio de 2004 la Policía Federal detuvo a Margarita Meira cuando protestaba, junto a un grupo de manifestantes, contra la reforma del Código Contravencional, que convirtió en delito el trabajo en la vía pública. En esa ocasión se produjeron serios incidentes en la puerta de la Legislatura porteña sobre la calle Perú 130/60, entre las fuerzas de seguridad y manifestantes. Margarita fue denunciada por los entonces legisladores Jorge Enríquez y Santiago de Estrada. Estuvo 14 meses presa. “Para demostrar a los vendedores ambulantes que si se oponían, iban a tener un escarmiento”, asegura Margarita. “Participaron barras de Boca (puestos por Macri para provocar) y algunos travestis que se engancharon. Nosotros (vendedores informales) no participamos para nada. Nos refugiamos en un restorán y desde allí miramos todo” sostiene Margarita, quien finalmente fue detenida bajo los cargos de coacción agravada y prohibición ilegitima de la libertad. “Estaba todo arreglado para pudrir la manifestación. Y a mí me tenían marcada. Me fueron a detener y yo ni siquiera estaba cuando ocurrió eso” agrega. En el momento que comenzaron los disturbios Margarita se encontraba en el bar de enfrente, con su abogado y su marido Miguel Santiago, porque una operación de pulmón y su corazón no le permiten hacer ningún tipo de esfuerzo. Para muchos puede ser una teoría conspirativa, pero es innegable la relación de su injusta detención con el crecimiento de la Cámara de Comerciantes de la Vía Pública, creada junto a otros vendedores ambulantes, quienes polemizaron en más de una oportunidad en ese entonces con el ex capitán de navío Norberto Varela, entonces interventor de la policía municipal de Buenos Aires, cuando Fernando de la Rúa era Jefe de Gobierno. Varela debió renunciar cuando se filtró a los medios sus apoyos públicos al represor Alfredo Astiz. Su reemplazante fue Jorge Enríquez, ferviente promotor del endurecimiento del Código Contravencional. Desde aquel momento, Margarita denunció a Enríquez como promotor de una verdadera “cruzada”contra los vendedores ambulantes. Sin embargo, la policía la esperaba al regresar a su casa. “Estaba esperando el subte cuando un grupo de gente -algunos eran vendedores ambulantes que me conocían- me pidieron que suba a la vereda para identificarme. Allí había un grupo de policías que me llevaron a Tribunales para tomarme los datos. Me tuvieron 24 horas y después a Ezeiza. Me tenían marcada”. Meira fue alojada en la Unidad 31 de Ezeiza, llamada Unidad Modelo, donde -para despuntar el vicio- trabajó en el taller de costura de la cárcel. Mientras Margarita estaba presa, la Asamblea de San Telmo (AST), de México y Chacabuco, la propuso como candidata a Diputada Nacional por el Movimiento de Asambleas del Pueblo. Margarita se distanció de la organización por no estar de acuerdo con el apoyo de la AST al sector “del campo” durante el debate de la Ley 125. Sin embargo expresa reconocimiento y agradecimiento a Rubén Saboulard y al resto de los compañeros asambleístas. Durante el confinamiento recibió el apoyo de Nora Cortiñas, Nina Peloso, Laura Restrepo y tantos más. Pero lo que más la emocionó fue una carta del escritor portugués y premio Nobel de Literatura, José Saramago, quien la comparó con Jean Valijean, el protagonista del libro “Los Miserables”, que cuenta la historia de un hombre que pasó casi toda su vida en la cárcel por haber robado un pan. “Estoy seguro de que si Víctor Hugo estuviera vivo, se hubiera interesado por Margarita Meira”, dijo el escritor. La historia de Margarita mereció, además, un capítulo del libro «Mujeres en la Tempestad» de Ana María Ramb, una escritora de género, editado por el Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos. “Estoy haciendo un juicio al Estado por haber estado injustamente presa. No tuve la acusación de ningún fiscal. Salí sobreseída de todos los cargos. Nos querían hacer firmar una probation, la justicia quería que nos hicieramos cargo del delito y salíamos libres”, relata Margarita. Sin embargo, junto a sus compañeros pudo salir de la cárcel sin tener que firmar la “probation” (sistema por el que la pena de cárcel se reemplaza por algún tipo de trabajo social, siempre que se reconozca haber delinquido) Margarita trabaja como vendedora ambulante, pero desde hace un tiempo no puede realizar su actividad con normalidad en la Plaza Constitución. “Voy a interponer un recurso de amparo porque no nos dejan vender, la ley existe pero no nos dan los permisos. Estoy vendiendo en San Telmo algunas cosas que les compro a los mismos cartoneros” .

Madres de Constitución (Pasaje Ciudadela 1249)
El comedor esta inscripto en el ROAC (Registro de Organizaciones de Acción Comunitaria de la Ciudad de Buenos Aires). Por ello reciben mercadería (alimentos secos) del Gobierno porteño y un subsidio que alcanza para cubrir el 30% del alquiler de la casa, del teléfono y demás servicios. El programa ofrece un sitio donde dormir, que incluye la cena, pero para Margarita no se contempla al grupo familiar cuando éste existe. “Los chicos que asisten al parador, no van a la escuela, ni siquiera tiene un lugar digno para hacer la tarea. De esta manera aumenta la deserción escolar. Una vergüenza, imagínate una mamá con hijas adolescentes, que tiene que estar todo el día en la calle… ¿donde se higienizan? y sus hijos no tienen un lugar donde hacer sus tareas, es terrible” reflexiona Margarita. En el comedor se les brinda a los chicos apoyo escolar y un taller de artes plásticas. Pero hoy en día es indispensable un mínimo de recursos tecnológicos. “Tenemos una sola PC, que compré por el Banco Nación con mi pensión”. El perfil de la población que asiste al comedor es de extrema pobreza. Se acercan cotidianamente familias del interior y de países limítrofes que tratan a sus hijos en los hospitales de Niños Garrahan –alta complejidad- (Combate de los Pozos 1881), Elizalde –ex Casa Cuna (Caseros 40), Infanto Juvenil Tobar Garcia (Ramón Carrillo 315), de Rehabilitación Respiratoria María Ferrer (Enrique Finochietto 849). “Un ejemplo, una mamá que vive en un rancho en Salta, con un chico con graves problemas de salud, el Gobernador le paga una pieza en Constitución y lo manda al Garrahan, y desde el hospital lo mandan a este comedor”. La tarea de Margarita está donde el Estado se ausenta, y sus luchas y reclamos, donde los gobiernos, la justicia y muchos ciudadanos, miran para otro lado.-

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